El nuevo consumidor
El nuevo consumidor cada día pregunta más por los cafés de especialidad.
Los tostadores tenemos diferentes tipos de cafés (blends o monovarietales) y desde hace unos años hemos abierto un nuevo mercado con los cafés de especialidad: premiados (cup of excellence, medallas de oro, international coffee tasting, cafés del año) y aquellos mico-lotes o cafés de finca de diferentes zonas centrados en tener los mejores cafés de temporada. A esto se han sumado nuevas formas de elaboración (café sin cables: conos, chemex, aeropress, siphon…) contribuyendo a conocer mejor el producto que tomamos.
Otro aspecto a tener en cuenta en el nuevo consumidor es la búsqueda de experiencias, y en el café si lo puedes conseguir. Es un producto donde intervienen muchos factores del tipo económico, social, local, cultural, gastronómico… donde la elaboración final es muy importante para disfrutarlo.
Todos los días nos encontramos con muchos clientes que quieren saber de café, probar cosas nuevas, aprender nuevas formas de elaboración, perfiles organolépticos, maridaje con el tipo de comida…
Por supuesto que el precio es un aspecto muy importante(cada vez hay más establecimientos low cost, crecimiento de marca blanca) pero las empresas que hemos apostado por la calidad, nos sentimos reforzados de la forma muy importante por nuestros clientes. En estos años de crisis económica el café se ha seguido consumiendo al no existir grandes diferencias en el precio de coste/taza entre un café regular y un café de especialidad, muchos consumidores han ido comprando cafés de mayor calidad.
Las empresas que vendemos calidad nos tenemos que encargar de divulgar todo lo positivo que rodea al café, formar a profesionales (baristas) y traer lo mejores cafés del mercado para que nuestros clientes aprecien las diferencias entre un café de calidad y un café de precio. Hoy en día el consumidor puede decidir tomar un gran café o un café malo por el mismo precio, es momento de que los locales tengan un buen producto lo hagan saber y vender a sus clientes.
Nos encontramos ante una gran oportunidad de dignificar el café y ponerlo al nivel de otros productos de alimentación (vino, aceite, cacao, cava, queso…) que han conseguido ese estatus de reconocimiento social mediante campañas de comunicación y creando una cultura de calidad que distingue entre lo malo, regular, bueno, muy bueno y excelente.